Esa cara de idiota.

El eterno circulo sin fin, el perro que se muerde la cola, inconstante, desesperado, interesado, mendigando amor. Así eres tú conmigo y haces que una parte de mi se porte así contigo. Porque te deseo fervientemente, nos queremos químicamente, físicamente, y desafiamos a la misma gravedad. Dos polos opuestos que se atraen, dos cuerpos destinados a destruirse sin piedad. Me quieres a tu manera y yo, ¿qué decir?
Me partes en mil y te sigo queriendo como una tonta. Tu tonta.

Eres esa clase de tío que enseña a las mujeres que los hombres son unos gilipollas en los que no se puede confiar.